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Aquí siempre se ha hecho de la misma manera», «Para qué lo intento si aquí siempre dicen que no a lo nuevo”.

Son algunas de las frases con la que contestaba Martín cuando los invitaba a crear algo nuevo en los equipos de innovación. 

Aunque ciertamente las empresas tienen procesos que funcionan muy bien y hacen que todo camine más rápido y en control, una de las cosas que más me mueve es ver a una persona que cree que no tiene algo para dar o crear desde su propia esencia. 

Y digo cree porque, me he dado cuenta que en muchos casos, ¡es solo una creencia!, entre otros factores claro está. 

Al escuchar a Martín, me hizo reflexionar que la creatividad va mucho más allá de crear algo nuevo, está ligada intrínsecamente con la trascendencia. 

Te cuento esto porque creo que podemos ser creativos no sólo para inventar un nuevo proceso o producto, eres creativo cuando imprimes tu propio sello al hacer las cosas, al expresar tu manera particular de observar el mundo, ya que cuando permites que este sello florezca, lo que hagas será único y aportará un nuevo valor a lo que ya existe para enriquecerlo. 

Para mi utilizar la creatividad es uno de los caminos para trascender ya que cuando puedes conectar con lo que eres, la expresión de tu esencia en la forma que fuere será única. La creatividad también es descubrimiento, en este caso de ti mismo.

De esta manera al encontrar tu propio don, tu talento particular no sólo trasciendes en tu trabajo, sino en la vida. Descubrirás tu propia manera de ser padre, de ser compañero, en fin, de poder dar tu propio sello en todos tus roles. 

Hay tanto valor en el interior de las personas que merece ser descubierto, solo recuerda que el primero que tiene la labor de descubrirlo ¡eres tú! para pasar a la siguiente fase del proceso creativo que es ofrecerlo para servir a alguien más.

Al final del día tú eliges como invertir “tu dosis de creatividad “que ya posees en tu día a día, algunos deciden esconderlo, otros descubrirlo y otros exponenciarlo para ponerlo al servicio.

Hoy te invitaría a escuchar y cuestionar la veracidad de las frases que a veces podemos usar como escudo para no ir más allá, ya que a veces de tanto repetirlas o escucharlas en las organizaciones o instituciones terminan viviéndose como realidad.

Descubre tu propio sello y compártelo al mundo, estoy segura que un nuevo potencial de energía se abrirá para ti y para los que te rodean.

Un día le preguntaron al maestro persa del Siglo XIII Rumi, ¿qué es el miedo?, el respondió:

“La no aceptación de la incertidumbre.

Si aceptamos la incertidumbre, esta se convierte en aventura…”

Creo que tanto en el XIII como hoy tenemos una constante que es la incertidumbre, aparentemente hoy vivimos tiempos de cambio, donde hemos perdido algunas supuestas certezas y esto ha genera miedo, algunas maneras de querer manejar este miedo es aferrándonos a que todo vuelva a ser como era antes, para sentirnos un poco más seguros y a salvo.

También lo vemos cuando queremos hablar de innovación y creatividad, el miedo a lo desconocido a veces es tan grande, que el ancla de volver a lo conocido toma más fuerza y muchas ideas maravillosas han muerto por el temor a enfrentarse a este fenómeno: la incertidumbre.

La palabra que hoy te invito a reflexionar es “aceptar”, a preguntarnos ¿qué tanto acepto la incertidumbre en mi vida?, en los procesos de una empresa o cuando has querido hacer un cambio que involucre soltar lo que siempre has hecho.

Como bien decía Rumi, en la medida que la aceptación a la incertidumbre crezca, el miedo va ir disminuyendo, al menos lo suficiente como para abrirnos paso a nuevos caminos a diferentes maneras de entender la vida.

Estos caminos podrán ser nuevas formas de hacer algo, distintos enfoques para interpretar la vida o el descubrimiento de caminos un poco inclinados que nos sacudirán de situaciones en las que antes estábamos adormecidos, es entonces cuando las palabras de los sabios maestros pueden cobrar sentido y podríamos iniciar a ver los cambios como el inicio de la aventura de crecer.

Graciela Cabello

Coach

Hoy te voy a contar una historia.

Tres jóvenes querían cruzar un río para llegar a alcanzar su más querido sueño, llegar a la cima de la montaña…

Al llegar al borde del río observaron que había una gran roca, un obstáculo gigante que no los dejaba pasar al otro lado, al menos no de momento.

Los tres jóvenes iban acompañados de su maestro y este aprovechó la ocasión para preguntarles.

¿Para ti que es un obstáculo?

No quiero que piensen solo en esta gran roca que nos está impidiendo el paso de momento, sino en los obstáculos que los han detenido para alcanzar algo…

Uno de ellos contestó:

Pues al menos a mi me ponen de muy mal humor, pienso en el obstáculo del dinero cuando no lo tengo, en el tiempo cuando no me rinde, en los compañeros que a veces me tocan cuando quiero iniciar otro trayecto como estos y ¡son tan lentos!, es desesperante, detienen mi camino!

Empezaron uno a uno a contar todos los obstáculos que habían tenido y parecía como si algún gigante poderoso les hubiera atado las manos a todos quitándoles todo su poder, entre más agregaban obstáculos, que a veces se iban convirtiendo en quejas , más crecía aquel gigante a la orilla del río.

El maestro escuchó atento y les preguntó:

Muy bien, ahora que cada quien tiene bien identificado su “gigante” su obstáculo o queja. Alguien quisiera sentarlo enfrente y platicar con él?

Los rostros de todos se miraron unos a otros sorprendidos.

Los invito a observarlo y preguntarle a su Sr. Obstáculo ¿Qué quiere decirte?

Imagina por un momento que es tu aliado y que ha querido decirte algo desde hace tiempo…

Los jóvenes tomaron su tiempo para conversar con el Sr. Obstáculo y después de un tiempo uno de los jóvenes contestó:

Yo lo vi de frente y me lo imaginé como cuando voy a hacer pesas…necesito la pesa, mi contrapeso si quiero que mi músculo crezca, necesito la pesa para ejercitarlo, si no tuviera la pesa , ¿con que práctico? ¿cómo desarrollo fuerza?, sería casi cómico pelearme con la pesa porque está ahí estorbándome para conseguir mi músculo, aunque a veces me cueste cada vez que la levanto sé que está ahí para ayudarme a ejercitar…

El maestro siguió su indagación: Obsérvenlo detenidamente y pregúntense ¿realmente tiene algo contra ti? ¿Te quiere hacer daño? ¿Se han dado cuenta de ello?

Escuchen su mensaje, porque los obstáculos muchas veces nos ayudan a ejercitar algo en lo que necesitamos ser más fuertes, están ahí para enseñarnos o mostrarnos alguna información que de otra manera no la veríamos.

Alguien más levanto la mano para explicar su punto de vista…

Otro de los jóvenes agregó:  al ver el obstáculo yo lo vi como un “aviso”, sabes veces soy tan obstinado cuando quiero algo que no veo cuando necesito ser un poco más precavido o cuando me tenía que prepararme más para lograr mis objetivos, el obstáculo me ha mostrado las veces que he tenido que reconsiderar una vía diferente o bien tomar en cuenta mas elementos antes de dar el siguiente paso…

El maestro asintió, así es, lo importante es que descubras su mensaje, ya que si sabemos el para qué del obstáculo podemos descubrir el sentido del mismo. No estoy diciendo con esto que el obstáculo no exista o que no hay que tomarlo en cuenta, ya que existen riesgos que hay que considerar en toda aventura que se emprende al crecer, lo que propongo es verlo de una forma diferente, de una manera que más que una carga o un impedimento para seguir adelante, sea un impulsor de tu camino.

Tú decides si lo ves como un aliado que te ayuda a ejercitarte y aprender de su mensaje o como un gigante cuya misión es impedir tu camino…

¿Qué puedo hacer si me siento bloqueado? ¡Estoy en blanco , no se me ocurre nada!

Son algunas de las preguntas o expresiones que algunos de los equipos de innovación me hacen en cierta etapa del proceso de generar ideas.

Algunas personas creen que esto se debe a falta de expertiz o que no se consideran creativas, sin embargo aún con estas competencias suceden momentos en los que te puedes sentir bloqueado o «en blanco», ya que hay otros elementos que juegan un papel importante a la hora de innovar. Uno de ellos es el ambiente emocional para que surja la creatividad.

Las emociones juegan un papel importante para que la ideas tengan el espacio para surgir y expresarse, si tu mente ya está saturada de “tanto pensar” en cómo solucionar alguna situación, el estrés que esto genera causa lo contrario a lo que quieres lograr, causa más bloqueo.

Para crear este espacio que tu mente necesita, hay que vaciarla de nuevo, provocar descansos y cambio de foco para que se expanda de nuevo tu visión.

¿Qué puedes hacer?

·       Busca cambiar de ambiente, aunque estés en oficina, hay espacios verdes que puedes encontrar que te permitan oxigenarte y cargar de nuevo energía! Camina durante unos minutos en este espacio y enfoca tu atención a cada paso que des.

·       Platica con alguien más de otro tema que cambie tu foco de atención, por algunos minutos.

·       Dibuja, los mándalas son excelentes para liberar tensión y vaciar tu mente o simplemente toma una hoja en blanco, un color y dibuja sin intención alguna formas que vallan surgiendo aleatoriamente.

·       Concentra tu atención en tu respiración, busca algo bello donde enfocar tu atención, de preferencia algo al aire libre y enfoca todos tus sentidos en ello, vista, olfato, tacto, etc.

·       Si no puedes moverte del espacio donde estás , usa tu imaginación. Cierra tus ojos y recuerda algo positivo, algo que te haya hecho sentir muy feliz o en paz, recuérdalo de tal manera que sientas volver a vivirlo y nota como tu emoción va migrando hasta privilegiar la sensación de tu recuerdo.

¡Éxito en tus proyectos!

Graciela Cabello